sábado, 22 de diciembre de 2018

Análisis: El Fanfiction como Literatura (con mayúscula)

Mi propósito para este 2018 fue leer. Sencillamente leer, y llevar recuento de lo que leía, de tal suerte que al año siguiente, tuviera una meta, o un indicador mínimo sobre el cual pudiera compararme y ponerme la ligeramente más ambiciosa meta de “leer más”. 
Ahora que termina el año puedo decir que cumplí cabalmente mi propósito. Si para el final del mes concluyo el libro que estoy actualmente disfrutando, habré leído 23 títulos completos y ese sería, en teoría, el número a vencer el año que viene. O eso pensaba…

Sucede que este año leí muchas otras cosas además de libros tradicionales: artículos académicos para mis estudios de maestría, comics y novelas gráficas por internet y aunque el mundo de la literatura seria se ría de mi, también leí fan-fiction. Y bastante. Estaba pues en una encrucijada. ¿Debía o no contabilizar esas historias en mi pequeño marcador personal? ¿Forma parte el fan-fiction del gran universo de la Literatura, con mayúscula? ¿Tiéne cábida en su salón de banquetes?


“Fan-fiction” es un termino en inglés que significa “ficciones de fanáticos”. Se trata de historias que protagonizan los personajes, o se desarrollan en las ambientaciones de una obra original, pero que no han sido escritas por los autores originales de dicha obra, sino por sus fanáticos.
El fenómeno se hizo popular en la segunda mitad del siglo veinte, a través de revistas editadas por los fans, o fanzines. El primer fanzine de Star Trek, Spockanalia (1967), ya contenía algunos fan fiction; muchos otros siguieron su ejemplo y con la llegada del Internet y la libre distribución de contenido, el ejercicio ganó una masiva popularidad.

Por su naturaleza misma, el fan-fiction siempre se ha ubicado en una área legal ambigua. Los fans no ganan dinero por ello, pero están usando propiedad intelectual ajena y está el siempre espinoso asunto de proteger las formas en las que aparecen representados los personajes. George Lucas y 20th Century Fox pusieron el grito en el cielo cuando empezaron a aparecer historias con contenido cuestionable (“para adultos” por usar un eufemismo que todo mundo entienda). Aquello acabó en amenazas de demandas y con Maureen Garrett, directora del Club de Fans Oficial de Star Wars, publicando cartas a los editores de las fanzines suplicando que moderaran el contenido para evitar que les cerraran el changarro.

También hay que considerar lo que los mismos autores pueden sentir y opinar respecto a ver sus creaciones en manos de otros. Y aquí hay de todo en la viña del Señor. Desde la postura abierta y despreocupada de Neil Gaiman... 
“Mientras la gente no esté explotando comercialmente los personajes que he creado, y lo estén haciendo el uno por el otro, no veo que haya ningún daño, y dado lo mucho que la gente lo disfruta, obviamente está haciendo algo bueno. No me molesta "
...pasando por el más temperado comentario de J.K. Rowling...
“Ella está muy halagada por el hecho de que haya un gran interés en su serie de Harry Potter y que la gente se tome el tiempo de escribir sus propias historias. Su preocupación sería asegurarse de que siga siendo una actividad no comercial para garantizar que los fanáticos no sean explotados y que no se publique en el sentido estricto de la publicación impresa tradicional ... Los libros pueden estar envejeciendo, pero aún están dirigidos a jóvenes y niños. Si los niños pequeños tropezaran con Harry Potter en una historia con clasificación X, eso sería un problema"
...o la postura crítica (pero sin llegar a amenazas legales) de George R. R. Martin...
“Cada escritor debe aprender a crear sus propios personajes, mundos y entornos. Usar el mundo de otra persona es una forma perezosa de hacerlo"; “Mis personajes son mis hijos... No quiero que la gente se los lleve Incluso las personas que dicen que aman a mis hijos. Estoy seguro de que eso es cierto, no dudo de la sinceridad del afecto, pero aún así ... nadie sino yo puede abusar de la gente de Westeros"
...hasta la posición irreconciliable de Orson Scott Card 
"Demandaré, porque si no actúo con vigor para proteger mis derechos de autor, perderé esos derechos de autor ... La ficción de fans, aunque halagadora, también es un ataque a mis medios de subsistencia.”
Siendo justos, los fanáticos normalmente son bastante respetuosos de los deseos de los creadores originales y en la mayoría de los sitios que conozco se publica una lista con los autores cuyas creaciones son más para educada contemplación de museo, que artículo de juguetero para que te diviertas con ellos.

Esto es el fanfiction como medio ¿Pero qué hay de su contenido? ¿Qué hay de su calidad y su valor artístico? 

Bueno, empecemos por aclarar que las fanfiction no necesariamente implican menos trabajo sólo porque comienzan con un universo y personajes previamente construidos. Un entorno conocido puede hacer más fácil para el lector introducirse a la lectura, pero el autor debe presentar un argumento entretenido y con un aire de originalidad si quiere conservar sus lectores. Hay trabajos que son abiertamente pretextos para dar rienda suelta al torrente de deseos incumplidos que te dejó como fan la obra original y hay otros que pueden tomar las premisas básicas establecidas y empujarlas a extremos del todo nuevos y sumamente interesantes. Hay quienes prefieren introducir personajes originales a un mundo previamente establecido y contar sus historias, y quienes eligen sacar a los personajes del canon o mezclarlos con otras ambientaciones y personajes en lo que se conoce como “crossovers”. Otros prefieren hacer un pequeño cambio en la premisa original y explorar cómo se hubiera dado la historia bajo estas nuevas condiciones.

Tampoco en longitud podemos automáticamente demeritar el trabajo de las fanfictions. Por poner un ejemplo comparativo, consideremos Harry Potter y el Caliz de Fuego, cuarta entrega de la saga del joven mago y el primero de sus libros que puede calificarse propiamente de “mamotreto”, tiene la friolera de 190,637 palabras. Curse of the Triforce, la precuela no autorizada del videojuego “The Legend of Zelda: The Ocarina of Time” se queda dos mil palabras corta de llegar a las trescientas mil. 
“A Man of Iron”, el resultado de imaginar cómo sería la vida de Tony Stark como pariente lejano de los Stark de Winterfell, en el universo ficticio de Canción de Hielo y Fuego, llega a su fin 139,897 palabras después de haber iniciado, superando al Prisionero de Azkaban (107,253) por poco más de treinta mil palabras

En resúmen, hay tanta diversidad en temáticas y calidades como la hay en los trabajos comerciales originales y ha llegado a ocurrir que autores de fanfiction terminan con algún contrato editorial por su trabajo. Ahí está la saga de E.L. James, que comenzó como un fanfiction de Crepúsculo (su calidad artística puede debatirse, pero es incontestable su título de superventas; no todos los libros, originales o no, están destinados a ser un Quijote o un Ulises) Por todo ello, soy de la idea de que sí, las fanfiction merecen un espacio en la gran fiesta del arte y la literatura. Tu experiencia con el género, como tu experiencia con la literatura “formal”, dependerá mucho de a dónde te acerques y qué leas. El advenimiento del Internet ha eliminado el filtro mínimo del editor de la fanzine que antaño decidía si tu historia se publicaba o no, pero ha traído consigo los sistemas de votación popular y la divulgación de recomendaciones. Por eso y para facilitarte las cosas si quieres darte un clavado en el interesante universo de los fanfictions, aquí van un par de recomendaciones (desafortunadamente, todas en inglés):

Son of the Sannin: Un universo alternativo de la serie manga/anime Naruto. Después del ataque del Kyuubi a Konoha, en lugar de dejar a nuestro protagonista como huérfano, el autor explora qué habría sido de él si Jiraiya (su padrino) y Tsunade (su pariente más cercano) hubieran regresado a la aldea para hacerla de padres adoptivos.
Esa pequeña alteración cambia drásticamente los resultados de eventos que son determinantes para el canon de la serie original, como el incidente Hyuuga y la rebelión de los Uchiha, algunos para bien, otras no tanto.
El autor además se toma el tiempo de explorar y desarrollar un poco mejor la relación de Naruto con Hinata, siendo la relación romántica principal y en cómo el hecho de tener padres y entender su condición de Jinchuriki desde temprana edad le permite al protagonista rubio desarrollar una personalidad más centrada.

A Man of Iron: Un crossover épico que coloca a Anthony Stark como pariente lejano de los Stark de Winterfell y señor de Iron Pointe. El argumento inicial mezcla los eventos del primer libro de la saga “Canción de Hielo y Fuego” con la primera película de Iron Man del Universo Cinematográfico de Marvel. El autor hace un trabajo magistral mezclando ambos universos de tal manera que se respete la lógica interna del universo de Martin, pero que al mismo tiempo Tony (no necesariamente Iron Man) tenga un impacto drástico sobre los acontecimientos. Jon Snow jamás se une a la Guardia Noctura, por ejemplo. Además el trabajo con los personajes es maravilloso. Pocas cosas como leer a Tyrion Lannister y a Tony Stark enfrascados en un duelo verbal.
La obra tuvo tan buena recepción que el autor empezó a trabajar en su continuación A Crack of Thunder en donde continúa con la Guerra de los Cinco Reyes, y la segunda película de Iron Man, pero empieza a introducir aun más elementos del universo Marvel en lo que se vuelve un muy ambicioso proyecto. (¿Les late Brienne de Tarth como She-Hulk?)

Curse of the Triforce: La precuela no autorizada del juego The Legend of Zelda: Ocarina of Time y una joya en toda regla. El trabajo está tan bien armado y tan perfectamente soldado a lo que en ese momento se conocía del canon (se publicó antes de que saliera Skyward Sword) que en la cabeza de muchos fans, yo incluído, se volvió parte del canon oficial. Cuatrocientos años antes del nacimiento de Ganondorf, la Trifuerza se convierte por primera vez en objeto de los deseos de los mortales. Héroes, reyes y ladrones chocan en el intento por hacerse con su terrible poder, anunciando el comienzo de una nueva y sangrienta era en la historia de Hyrule. La aparición especial de las hermanas Twinrova es un plus que vale la pena aquilatar, porque les da mucha personalidad a partir de lo poco que las conocimos en el juego original.

Poke-Wars: En el anime de Pokémon, incontables personajes han recibido ataques de los monstruos de bolsillo con resultados no letales, a pesar de que la lógica indicaría que deberían ser mortales. Sin ir más lejos, Ash Ketchum pasa todo el primer episiodio recibiendo descargas eléctricas que deberían freirlo y sin embargo, no pasa de utilizarse para efectos comédicos. ¿Qué pasaría si de pronto no fuera así? Si la Hidro-bomba realmente pudiera cortar acero como hacen las cortadoras de agua, si el Lanzallamas realmente carbonizara todo lo que toca.
El autor explora de lo que serían capaces estas pequeñas bestias si se aplicara rigor científico a sus capacidades y el resultado es escalofríante; una batalla por la supervivencia en donde nadie está seguro y el peligro es muy real. Es un magnífico giro para hacer madurar una serie orientada principalmente a niños.


Ahí dejo las recomendaciones por el momento. Si tienen oportunidad de leer algunas, o quieren dejar sus propias recomendaciones, pueden hacerlo en los comentarios. ¡Felices lecturas!