lunes, 26 de febrero de 2018

Reseña: House of Leaves, de Mark Z. Danielewski

Voy a reseñar un libro que no terminé de leer, lo devolví al librero habiendo avanzado poco más de tres cuartas partes del mismo. No, no creo que sea un libro malo; al contrario ahí donde acierta lo hace fantásticamente bien: es irruptivo, provocador, consigue conectar con su audiencia, y el trabajo editorial es fabuloso... El problema es que, como un tren, el libro corre sobre dos rieles, dos historias, y con el fallo de una al menos para mi, todo el tren se descarrila.

El libro se llama House of Leaves y es la obra debut de Mark Z. Danielewski. Se publicó en el año 2000, pero el autor comenzó a trabajar en ella en 1990, al enterarse de que su padre estaba muriendo de cancer renal. El trabajo se presentó ante 32 editoriales antes de que Pantheon decidiera publicarla; así de extraña era.

La novela empieza con la perspectiva en primera persona de Johnny Truant, hilo conductor del entramado (y al mismo tiempo, para mi, el responsable del descarrilamiento). Johnny es un aprendiz de tatuador buscando un departamento en Los Angeles. Durante su búsqueda, descubre el manuscrito de un análisis académico de una película documental llamada El Reporte Navidson ¿El detalle curioso? Johnny jamás encuentra evidencia alguna de que la película siquiera exista.

A partir de ahí la el libro funciona como si tuvieramos en nuestras manos el legajo de dicho manuscrito; con el trabajo del autor original, notas anecdóticas y autobiográficas de Johnny intercaladas mientras lo rearmaba y algunas notas de los editores (ficticios) que finalmente recibieron y publicaron el texto; todo esto, cosido como un Frankenstein con comentarios y notas al pie (algunas de las cuales tienen, a su vez, otras referencias)

Con ese mero diseño en su estructura, el libro ya te está obligando a operar y seguir al mismo tiempo varias narrativas y lineas temporales distintas y aunque el texto cambia de tipografía para hacer más sencillo saber quién está escribiendo qué, puede ser bastante desorientante al principio, .

La narrativa principal, la columna vertebral del libro que engancha como historia de suspenso y terror psicológico, son los hechos retratados en “El Reporte Navidson”, una película documental filmada por Will Navidson en donde exhibe las curiosidades y los extraños hechos ocurridos en su nueva casa en Virginia. 
La casa tiene la capacidad, sin motivo ni razón aparente, de cambiar y reconfigurarse, abrir pasillos a la nada, crear espacios que desafían la lógica. El más aberrante: un pasillo oscuro y frío que se abre en una pared exterior de la sala de estar y que en lugar de proyectarse hacia el exterior, hacia el jardín, conduce a un complejo laberíntico con multitud de corredores, salas y habitaciones de paredes, pisos y techos color gris cenizo. Al más puro estilo Lovecraftiano, la mera existencia de este imposible, la necesidad de entenderlo, explorarlo, lentamente empieza a poner tensión en las relaciones de los personajes, los empuja hasta la locura, la violencia y en algunos casos, la muerte. 

Apoyando esta trama, está la labor editorial. A la novela se le ha calificado como un ejemplo sublime de literatura ergódica, es decir, que se requiere un «esfuerzo relevante» por parte del lector para atravesar el texto. Pueden ser desde espacios en blanco, para simular la ilegibilidad del manuscrito original; tipografía que cambia de estilo, tamaño y color; párrafos en direcciones aleatorias, bloques de texto fuera de posición; espaciados que generan tensión, manchas, borrones… todo está pensado al detalle para acompañarte en la lectura, para complementar lo que el texto te está diciendo y de jugar contigo y empujarte emocionalmente en la dirección que quiere, de tal suerte que te preguntes si los únicos que están perdiendo la cabeza son los personajes, o tú también, un poco.

Así que, si todo es tan genial como describo ¿Por qué dejé de leer? En dos palabras, Johnny Truant.

Johnny es otra víctima de “El Reporte Navidson” que poco a poco va perdiendo su salud mental y su conexión con la realidad mientras se obsesiona intentando organizar y el estudio académico que encontró. Por desgracia, es practicamente imposible sentir cualquier tipo de lazo emocional con él o su tragedia. Al personaje le falta dirección y empuje, motivación. Se le describe como un joven más o menos de buen ver, pero que no sabe hacer con su vida. Pasa de fiesta en fiesta, con encuentros de una sola noche (de los cuales hace exhaustivo e innecesario inventario, porque ninguno desemboca en nada), abusando del alcohol y las drogas. Cuando finalmente empiezan a asomar los rasgos obsesivos y demenciales, uno se pregunta si realmente es su interacción con el texto, o una crisis emocional y mental natural a consecuencia de sus decisiones y su estilo de vida.

Aunado a eso, a este antipático personaje le dan el papel de narrador a través de insertos propios, por lo que continuamente interrumpe la trama principal (que es la que engancha) para hablarnos de su madre loca, su amor empalagoso por una stripper llamada Thumper y reflexiones filosóficas inconexas sobre su miedo creciente e incapacitarte locura. Finalmente cerré el libro cuando, luego de aguantar estoico uno de sus capítulos, el personaje confesara que había inventado las últimas diez páginas y se burlara de mi por habérmelo creído. Bastante trabajo me estaba dando seguir a un personaje en todo intrascendente como para además andarlo persiguiendo y dando salidas en falso. 
La narrativa principal ya estaba prácticamente concluida, de cualquier manera y me había quedado sin un gancho argumental que me invitara a continuar. No tenía a qué quedarme.

En conclusión, es un buen libro y una buena historia; una lectura curiosa que te sorprenderá por su habilidad para manipular tus emociones, positivas y negativas. Desde su publicación se ha ganado una devota base de fanáticos y es fácil ver por qué; las películas de “metraje encontrado” como Actividad Paranormal podrían aprenderle mucho a este libro. Y aunque no comparto algunas de las decisiones del autor respecto a la historia y su presentación, sin duda sería un libro que recomendaría si te gusta el género.

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Si te quedaste con curiosidad, aquí algunos ejemplos de la disposición de las páginas de "House of Leaves" y su manejo de la literatura ergódica: